Los prejuicios y su racionalización.
El estudio de la naturaleza de los prejuicios y cómo estos influyen en las actitudes, ha sido un tema largamente tratado desde la perspectiva de la psicología social. Esta disciplina, confluencia del estudio de los comportamientos individuales y sociales, ha hecho un gran esfuerzo, en primer lugar, por definir qué es el prejuicio y, a partir de esta primera definición, desarrollar el concepto de prejuicio social o prejuicio étnico, referido a aquellos prejuicios, habitualmente negativos, que se dirigen contra un grupo social o étnico determinado.
Según los psicólogos sociales, el hombre tiene una propensión al prejuicio en la medida que tiende a formar generalizaciones o categorías que le permitan simplificar su mundo de experiencias. Estas categorizaciones, basadas en estereotipos, se convierten en prejuicios siempre que no sean reversibles bajo la acción de conocimientos nuevos.
La psicología social considera que el prejuicio actúa como una forma de pensamiento autístico, es decir, un proceso inconsciente y subjetivo, por contraposición al pensamiento dirigido propio del razonamiento, y que necesita de una racionalización para validarse. Algunos psicólogos sociales han planteado la cuestión de si los prejuicios que gozan de una aceptación social generalizada pueden considerarse o no prejuicios. A esta disyuntiva, Allport, uno de los psicologos sociales que ha tratado más ampliamente el tema, responde con contundencia: un prejuicio no es una valoración negativa de una desviación social, sino que es un hecho psicológico objetivo que puede o no ser condenado socialmente.
La historia del pensamiento y la ciencia nos muestra varios ejemplos de intentos de racionalización de algunos prejuicios que han sustentado y mantenido situaciones de discriminación y explotación de determinados grupos sociales o culturales a lo largo de varios siglos. Un rápido repaso a las teorías racistas de la primera mitad del siglo XIX nos sirve como ejemplo para ilustrar cómo la ciencia intenta (y consigue) racionalizar estos prejuicios dominantes.
Opinión personal:
El racismo para mi es un tema bastante fuerte ya que siempre he opinado que todos somos iguales sin importar el color, porte, etnia o la familia de donde vengamos.
A lo largo de nuestra historia podemos ver demasiados casos de racismo y hasta hoy en día siguen habiendo matonajes en las calles por los prejuicios inconsecuentes de mucha gente que aun no comprende que todos tenemos los mismo derechos seamos del color que seamos.
Carla Hernández L.
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